Una nota per reflexionar: robots amb sentiments

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Fins ara el que es plantejava a: Blade Runner o a la recent I Robot eren històries de ciència ficció per l’altre dia va sortir a el Mundo una notícia on el director del Centre d’investigació per la creació de robots inteligents de Corea del Sur: Kim Jong-Hwan. Anunciava que ja ha pogut crear els primers cromosomes artificials. Així en fred pot semblar que no dic gran cosa però si com jo porteu dues setmanes donant voltes al tema, des de que el Luis, em va comentar la notícia doncs arribareu a reflexions molt interessants sobre el tema.

Realment puc afirmar que ha estat una notícia que m’ha canviat la vida, aquí entrarem en el típic debat de si això és cert o no, però el simple fet de plantejar-se com una cosa possible ja reafirma el que jo li defensava al meu professor de biologia de 3er de BUP, pobre Oliveres, i el que des de molt petit sempre he cregut possible.

Enganxo la notícia del Mundo per no perdre-li la pista:

El científico Kim Jong-Hwan, director del Centro de investigación para la creación de robots inteligentes de Corea del Sur, ha desarrollado una serie de cromosomas artificiales que podrían permitir la fabricación de robots inteligentes, capaces de razonar, sentir pasión e incluso reproducirse. El robot tiene 14 cromosomas, lo que le permite tener ‘personalidad’.

El profesor Jong-Hwan ha tomado como modelo para su software una simplificación del ADN humano, lo que ha dado lugar a un código informático que determina la capacidad del robot para experimentar una serie de sentimientos, como la felicidad y la tristeza, o sensaciones, como el miedo, el sueño y el hambre.

El equipo del científico surcoreano proyecta instalar dicho software por primera vez en un robot a lo largo de los próximos tres meses.

Los cromosomas virtuales pueden combinarse de hasta 77 formas distintas, lo que generará diferentes sensaciones. Además, los robots son capaces de reconocer hasta 47 órdenes distintas, y reaccionar en función de ellas.

Jong-Hwan, que es una autoridad en tecnología y ética de la robótica, afirma que estamos ante lo que podría considerarse el origen de una nueva especie artificial, aunque precisa que es posible que los cristianos no lo aprueben.

“Los robots dotados con esta nueva tecnología tendrán sus propias personalidades y sentirán emociones, como el protagonista de la película ‘Yo, Robot'”, explica el científico. “Esto podría ser muy peligroso para la humanidad, pero si dotamos a los robots con unos cromosomas artificiales ‘buenos’, no representarían tal amenaza”, dice.